domingo, 15 de abril de 2007

Tu cuarto

– He pensado en hacerte un regalo. Pero tengo que prepararlo. Será un gran regalo.
– ¿qué es? ¿qué es?
– Ahhhh, shhh, no te lo diré.

Me encantan sus regalos. Intenté pensar qué podía ser pero jamás lo hubiera acertado: una caja con motas de polvo del tamaño de mi cabeza. Se le ocurrió cuando dije que mi cuarto estaba echo un desastre y que allá ella si quería pasar. Era motas de polvo de su propio cuarto que se convertirán directamente en una bañera para los playmobils. (Car. Prometo salvar el tuyo)

Así habrá una parte de su cuarto en mi casa, cuarto que, por cierto, tiene pegado en la pared la figura del asesinato de alguien afro. Cortesía de ella misma.

Tremendo.

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