miércoles, 4 de abril de 2007

Capítulo 3. S

Suzan… Podría repetir este nombre hasta quedarme afónica. Suzan, Suzan, Suzan…

Si te vas a Siria y metes en una coctelera una cantautora con canciones tales como “Quiero dormir entre los pechos de Dolly Parton”, los aderezas con unos bailes frikis con premeditación y alevosía, unos dibujos tremendamente horribles, pero no tan horribles como su reloj, un traje de nacho folklórico palomitero y gambitero (es posible), un poco de canibalismo por aquí y por allá, una abuela que dice frases tales como: “Vais a cagar vinagre” o “cagaréis gotelé”, tatuajes aztecas, algún que otro taco y un flequillo pelirrojo natural, lo remueves todo y dejas que la mezcla beba cerveza en el Ruido Rosa… te sale Suzan.

He llorado y tenido agujetas en la barriga por culpa de la capacidad de Suzan para hacerme reír.
He descubierto cosas que había olvidado.

Suzan se preocupa por ti sin que tú lo sepas, aunque a veces se le escapa. Suzan no admitirá que te echa de menos aunque resulte evidente.
Suzan jugará contigo a las adivinanzas continuas y te juzgará vilmente por querer ir a “Cuéntaselo a Jordi”.

Pero luego se quitará su disfraz y te dejará ver que es adorable, y tú te romperás la cabeza pensando cuál de las dos Suzan te gusta más.

Empate.

No hay comentarios: