miércoles, 30 de mayo de 2007

El post-it.

Un post-it que se medio despega
por el vapor de agua
pervierte la poética visual
del cuarto de baño
con su amarillo fluorescente.

Amatista sideral entre gamas de azul de gemas oxidadas.

Sólo estoy chupando tinta.

Como el post-it.
Se extiende el negro y deforma las letras
que se ramifican como árboles
por la clorofila.

Aún así, se entiende claramente
que en el post-it húmedo de adversidades
está escrito con una grafía algo tímida
pero bastante viva
un te quiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para que luego nos lo quiten...
Cuanta degeneración, joder!