domingo, 20 de mayo de 2007

Contigo

Su pierna ejerce una ligera presión justo encima de mis rodillas. Mueve los dedos de los pies con un ritmo irregular y de paso me hace cosquillas. Pronto llegará junio y, aún así, me tapa siempre que puede.

Suerte que aguanto bien el calor de su nórdico, sus dos mantas y su pierna.

Me tapa y se destapa tapándome. Es ella la que pasa frío y se destapa. En mi diccionario mental aparece una nueva acepción al lado de la palabra “empatía”:

“Empatía: Cuando ella duerme y se destapa por taparme.”

Lo hace inconscientemente, como el resto de las cosas. Y eso me obliga a no pensar, simplemente observar, jamás podré establecer secuencias lógicas porque no utiliza mecanismos recurrentes.

Así pasa el tiempo, inventando nuevas acepciones para las palabras que creía cerradas de significado.

Sin darse cuenta.

Pero olvidé que las palabras se cargan de significado según el contexto.

Como yo.

No hay razón lo suficientemente convincente para que ahora esté aquí. Y eso me mueve a quedarme. Porque estoy cansada de las razones convincentes, y de que siempre sepa lo que va a pasar mañana.

Se gira. Roza mi nariz con su nariz. Una vez más, me hace cosquillas con alguna parte de su cuerpo.

Creo que me ahogo por respirar el dióxido de carbono que escapa de sus pulmones. Es caliente y húmedo. Lo respiro un poco más antes de separarme un poco para enfocarla.

Me parece más guapa de lo que pensé en un principio.

Intento taparla con la mano que me queda libre.
A duras penas, lo consigo.

La miro. Y a veces pienso que no necesito nada más por hoy. Sólo mirarla. Durmiendo. Tan cerca. De repente abre los ojos. Sabe cuando la estoy mirando. Abre los ojos y clava lo más profundo de su esencia entre las pequeñas manchas de melanina de mi iris. Vuelve a cerrar los ojos.

Es como una dosis de MDMA.

Recupero el aliento.

Rozo hiperestésica sus mejillas con mis labios. Está perdida, pero me sigue. A la deriva poco importa preguntarse el por qué.

No sabemos dónde vamos. Si da un paso a la izquierda, yo doy un paso a la izquierda. Si avanzo un metro o dos, ella avanza un metro o dos. Lo importante es seguirnos, buscarnos por los escondrijos más tenues de una duda.

No te esperaba.
No esperaba nada y me sorprendo a tu lado.
Como un motor o una válvula de escape, creo que sumergirme en lo que eres me reconforta.
En medio de chispazos y de una gran fuerza he conseguido encontrar la calma.

Da igual lo que ocurra si acabo tendida aquí, contigo haciéndome cosquillas y destapándote por taparme.

Contigo.

2 comentarios:

yosoyjoss dijo...

Jo, que celosón me estoy poniendo, Chaaa, vuelve!

chá dijo...

Bribón de mi corazón, que me has robado el amor y la cartera...ya estoy a tu lado, llévame al De Postres y haz subir la dote.

Que no te entre pelusica que en cada átomo del universo hay una chá...