martes, 29 de mayo de 2007

Azul

Entrecalas, 15 Julio 1996

Azul. No tengo paredes, son cristales, y todo lo demás es azul. Dentro y fuera, por más que lo intentes, sólo ves azul.

Azul el cielo.
Azul el suelo.
Azul piscina.
Azul playa.
Azul del lago con los peces azules.
Azul hasta los ascensores azules que me llevan a la planta 25.

Qué diría Rubén Darío de mi pequeña aportación al Parnasianismo...

En mi habitación entra la brisa y respiro las olas, así que, una vez más, vuelve el azul. La gua-gua que me lleva al centro, azul. Hasta yo parezco un pitufo.

Aún así, envidio a las gaviotas.

A las siete de la mañana me levanto. Me ducho y cojo una manzana. Bajando por el ascensor calculo la temperatura y el viento. Todo está bien. Me aprieto más los patines y empiezo a pillar velocidad.

En la tienda de la esquina, Isa ya me tiene preparado mi sorbete de limón.

“No sé cómo puedes tomarte esto tan temprano. Deberías desayunar como todo el mundo. ¡Y te he dicho que no me pises con patines que me rallas todo el suelo!”
Dos meses después, murió. Y nadie más volvió a tenerme un sorbete de limón preparado a las siete de la mañana.

Me engancho a la gua-gua hasta llegar a las palmeras. Ni el Tato. Una dulce ancianita se caga en mi madre.

Meditación.(Dharma de toda la vida)
Lectura.(Voltaire)
Escribo algo como ésto o más elaborado.

Sin sorbete ni patines, observo a la gente antes de quitarme la camiseta y quedarme sólo con la parte de abajo del bikini.

Bendita ciudad que se la suda todo.
Cojo las gafas de bucear y salgo corriendo hacia el mar.

Agua...
Azul.

Si no te mueves, te rozan. Los peces, digo. Como sueltes una burbuja de oxígeno, se van. Es cuestión de práctica. Las luces se filtran entre las rocas. He conseguido varias conchas para un nuevo collar.

Salgo. Limpio las gafas con trozos de algas. Con clorofila nunca se te empañarán unas gafas de cristal templado.

Los guiris corren para no quemarse la planta de los pies. Jaime y Monika están de pie, al lado de mi toalla, a veces saben dónde encontrarme. Los guiris se preguntan por qué no nos quemamos.

– ¡Adaptación al medio, blanquito! Somos una especie en extinción.

En realidad es más simple que todo eso.


– ¿cómo podéis tirar de tres casas okupas?
– En La Cala somos gente importante. Dame una calada.

Técnicamente estaba bien. Una fábrica abandonada, un edificio de quince plantas sin terminar por falta de fondos y un chalet. Vivíamos como reyes. Dos veces a la semana, había que correr delante de la policía, pero seguía siendo un precio bastante barato para tanto lujo.

Nos creíamos reyes.

Jaime y Monika se quitan la ropa y corren hacia la playa. Realmente son buenos amigos, al menos no hay que darles explicaciones de todo y tienen ocurrencias bastante graciosas.

Yo exijo todo de la vida.


– ¿no vienes?
– Joder, me he quemado un pezón, chicos, mirad...
– A saber...
– ¡Guirufillo el último!

Exijo todo y lo tengo. La felicidad es esto, por más que intente darle vueltas de tuerca. Sé que mi sitio está aquí. Y cuando no esté aquí, lo recordaré como mi lugar favorito del mundo, como mi infancia en Linares.

Mi infancia...joder, acabo de cumplir catorce.
A veces hablo como si fuese mayor.

Azul.
Agua.


Ventana de mi cuarto, 28 de mayo 2007

– ¡Ahg, joder, ahg!

No me queda tabaco. Así que dejaré de leer mi antiguo diario.
No me queda dinero.
No me queda comida.
Sólo algo de dignidad, que he perdido recorriendo todo el bloque para conseguir un cigarro.

Ahora resulta que nadie fuma.
Capitalistas, egoístas.
Ya vendréis, ya...


Horror Vacui.
Vendo mi alma por un cigarro.
No hay mucho más que contar...

Sacadme de aquí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Matalascañas. Te contaré mas por mail.

chá dijo...

NOstalgia...jejeje

Vuelve.

Anónimo dijo...

hola amore!!

Como va todo? ya era hora que retomaras el blog, que nos tenias abandonados

Andas por Graná??? echamos un café un dia vale?

1bso

chá dijo...

Quién eres???
Bueno,este blog es más antiguo...
Ña verdad es que no escrobo mucho últimamente, estoy bastante liada y tampoco estoy inspirada...

En fin, dime quién eres antes de que la curiosidad me haga lanzarme por la ventana.