viernes, 4 de mayo de 2007

Llueve en la ciudad.

Llueve en la ciudad. Personas se arremolinan en torno a los portales de los edificios, unos van de mal humor, otros clavan sus paraguas en los hombros de otras personas que, a su vez, se protegen atemorizadas mediante un movimiento reflejo.

Los pocos que hay sin paraguas, corren despavoridos sin rumbo fijo, maldiciendo por aquí y por allá, a éste y a aquel. Sólo unos pocos caminan tranquilos, miran hacia el cielo y disfrutan del eco que producen las gotas en cada poro de su piel.

Cuando uno de esos pocos se encuentra con otro de esos pocos, se sonríen.

Y justo eso hago ahora a aquel chico que pasea en la otra acera.

Estoy empapada. Entro a mi portal. Me encuentro con mi vecina. “Estás empapada y más delgada.” Me encuentro con mi hermana “¿qué eres Miss Camiseta Mojada?” La miro. Tiene esos andares de gato tan extraños que la convierten en alguien realmente interesante a los ojos del típico gañán de bar. “Manu tiene novia. Lleva un mes. Es tan…raro. Se mete el filete debajo de casa.”

De la casta le viene al galgo, hermanita…

Su pequeño retoño hormonado tiene barba y novia. Entiendo que sea difícil de digerir. Ayer estaba aprendiendo a andar, hoy se está metiendo el filete con la churri de turno.

Sublime sin interrupción.

“Dile que si tiene alguna duda, no dude en llamar.”

Sigo subiendo. Madre tipo A sale a recibirme. Las madres de tipo A se caracterizan por desvivirse por sus hijos, sufrir lo insufrible en la vida y, aún así, tener tiempo para hacerlo todo a la perfección y contar chistes malos. Maniáticas, capaces de ponerse a limpiar el espacio que hay entre baldosín y baldosín de la cocina a las tres de la mañana. Sabes que siempre estarán ahí, sabes que es tu mayor tesoro y tu mayor fuente de preocupaciones, pero aún así se hacen querer, aunque tengan ese sexto sentido que les hace llamarte siempre cuando estás empotrada en el cuerpo de otra persona.

Todo el mundo debería tener una madre del tipo A.

“Estás empapada. Yo no sé cuándo aprenderás a usar paraguas.”

“A estas alturas del partido, me temo que es casi una utopía”

“Nekles”


(Las madres del tipo A dicen palabras de idiomas muertos continuamente.)

“Esperaba a que dejase de llover para venir. Y luego, luego no encontraba las llaves. Y luego el bus, que no venía…”

“Explicatio non petita, acusatio manifiesta. Soy una estudiosa de las palabras…”

“De las que no digo.”

“De las que te callas”


Mami 1 – Hija 0

Nadie puede vacilarte más de lo que lo hace tu madre…

Voy hacia la estantería, llenándolo todo de gotas de agua. Allí están los tarros de arena. La Cala de Benidorm, Sa Conca en la Costa Brava, incluso esa arena volcánica de algún lugar de las Islas… Cojo el tarro de La Cala. Voy a la cocina y cojo un bote de sal marina. Voy hacia el otro cuarto y pillo en reproductor de música. Me dirijo al cuarto de baño.

Empieza a sonar.

“Inevitable, significa que no se puede parar…”

“Quiero que te des cuenta, es imposible parar algo inevitable.”

“No hagas que me arrepienta, traicionaría lo que llevo dentro sin dudar…”

“Puedo enloquecer, puedo enrojecer, pero no pararía…”

“Flotando tu pelo en mi memoria y el cielo en mi bragueta…”


“Quiero hacerte gritar…”

“¿qué puedo hacer si ya no te quiero, si ya no quiero verte más? Sólo quiero estar en mi matadero, en mi vertedero.”

“Y, ahora que todo da igual, se despierta mi animal.”


Empiezo a cantar al mismo tiempo. “Son preciosos nuestros besos aunque nadie deba verlos…” Me desnudo. Lleno la bañera. Echo sal. Madre tipo A entra y vuelve a salir, ya no pregunta por qué hago eso, está acostumbrada.

Agarro el tarro de arena. Cojo un poco y la aprieto en mi mano. Me meto en la bañera. Me tumbo. Me sumerjo.

Agua.

Agua.

Agua.

Agua.

Si mi idioma funciona por el tacto y las miradas, mirar al techo mientras te sientes arropada por millones de partículas que agua y sal que te abrazan es hallar el nirvana. Me sumerjo del todo y, aunque me piquen los ojos, los abro.

En poco tiempo, mi mente me empieza a hablar.

¿cuánta gente que cree que te conoce te conoce realmente?
¿cuándo te conoces más: cuando te miras en ti misma o cuando te miras en los demás?
¿cuántas lágrimas consiguen crear una mirada?
¿cuántos suspiros consigue crear la mirada perfecta?
¿por qué no tengo branquias?
¿por qué arde mi lengua?
¿tengo calor porque pienso en ti o pienso en ti porque tengo calor?

Agua.

Quiero segregarte todo tipo de sustancias turbadoras. Quiero dispararte todas las hormonas. Soy adicta a la química de tu mirada. De tu tacto. Busco la sobredosis continua.

Quiero vivir en un orgasmo de agua.

Oxitocina.
Melatonina.
Corticoides.
Adrenalina.
Norepirefrina.
Estrógenos.
Agua.

Quiero nadar en tu mirada.
Quiero morderte los esquemas.
Quiero chocar contra tu oxígeno, respirar con branquias tus latidos. Olvidar la superficie.

Estoy empapada…

No hay comentarios: