lunes, 2 de febrero de 2009

Estados sentidos y febriles (Desde..1ªdecua)

Estados sentidos (y febriles)
****Titolina al baño maría****



Me levanto temprano. Una brisilla pseudo tropical me despierta, y , esta vez , no es del tropicana. Oigo un chisporroteo y me extraño: está lloviendo, algo exótico aquí. Salgo al balcón, extiendo la mano y observo. Las calles parece que se mueven, al ritmo asincopado de las gotas al caer. I’m siiiiiiiingin´ in the rainnnn, tarareo. Huelo, me encanta el olor que deja la lluvia, el olor a tierra mojada, a ropa tendida.

Mi mano es golpeada suavemente por las gotas, toc toc toc…toc toc. Me encanta, y recuerdo que soy agua, que es mi medio y respiro profundamente para quedarme con todo lo que pueda o lo que su esencia me permita. Cambio de planes, ya no hay gestiones que hacer esta mañana, ahora sólo hay que respirar.

Genial la luz de estas nubes y este sol escondido. Es la luz perfecta. Hago unas fotos, no me resisto. Tengo frío, los pelos de punta y la sensación de que todo se empapa de algo nuevo, que a su vez es algo antiguo, renovado y condensado hace tiempo. Me llueve el agua que previamente ha llovido a otros, en otro lugar, quién sabe cual. Abro la boca, qué fresquita, qué graciosa. Cierro los ojos.

Salgo a la calle, sin paraguas claro, el que los inventó se podía haber estado quieto. Sí, titolino, la gente corre, despavorida en cualquier dirección, pero sólo consiguen que el tiempo se haga más y más lento, y de repente, se pare. Todo pasa muy despacio. Pero no hay tiempo, no para dejar de sonreír. Demasiada tranquilidad, las calles dinámicas y cinéticas se encuentran con las estáticas.

Me cruzo con la selección de Turquía, con la de Holanda, con la de Francia. (no te he dicho que aquí se disputa el mundial sub-no se qué de baloncesto). Van haciendo fotos y mirándolo todo. Caminan lentos, como yo, y sonríen. Quizá agradecen un poco de clima hogareño ante tanto calor. Se maravillan con cosas que los demás no ven, por estar acostumbrados a caminar sin mirar.

Coches y coches, pero no importa. Hay movimiento, gente de todas partes que ha venido para la Feria. (llevo una camiseta de un playmobil folklórico y unos pendientes de caramelitos rojos con lunares para la ocasión) Se les nota a leguas de dónde son exactamente. Es divertido jugar a adivinarlo.

Hoy ha sido un día genial. Ahora tengo fiebre, pero ¿qué importa la fiebre si a cambio has experimentado cosas geniales? Cero.


Hay muchas ciudades dentro de la misma ciudad. A las ciudades se las lleva el viento cuando les decimos adiós, con los sentimientos que hemos depositado en ellas. ¿recuerdas cuando te descubrí a Bertolt? Somos individuos de los callejones, de lo secreto, y leerlo a tu lado en un parque con palomas es lo mejor. Sé que hoy no hay posibilidad de fotosíntesis en nosotros, pero el agua es tan necesaria como el sol.

Quizá soy atípica, pero las Under Under Cats no temen al agua. Y tú, deberías hacer lo mismo, perrito feo, no dejes que nadie te prive de fluir en cada rincón de Gran-hada. No es una ciudad para eso. No es una estación de paso. Es nuestra utopía hecha realidad, la magia… es la ciudad.

Beso desde Linares, de fondo la voz del potenciómetro diciéndome que por qué vengo con la ropa mojada:

-Mamma, está lloviendo.
- Y, ¿para qué están los paraguas?
- Para hacerme la púa y censurar lo que no deben.

Ahora, hay ropa tendida. Y huele de nuevo a ídem.



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